Mi Historia Personal

Mi historia: de la desconexión al propósito

Mi nombre es Jasmin Hasell Galindo Mejía, y mi camino hacia el coaching de vida y crianza efectiva nació de dos grandes fuerzas: una serie de experiencias personales que marcaron profundamente mi vida amorosa, y los desafíos cotidianos de ser madre y profesional al mismo tiempo.

Como muchas mujeres, enfrenté la difícil tarea de sostener un hogar feliz, una relación amorosa plena, una carrera profesional exigente y, al mismo tiempo, criar a mi hijo de forma consciente. Durante años prioricé las necesidades de los demás por encima de mi conexión interior, sin darme cuenta de que ese vínculo conmigo misma era la base de todo lo demás.

Trabajé en el mundo empresarial tanto como empleada como empresaria, desarrollando habilidades en liderazgo, gestión de equipos y desarrollo organizacional. Sin embargo, mi auto exigencia por “hacerlo todo bien” —como madre, como profesional, como esposa— me llevó a vivir desde la exigencia y no desde el equilibrio.

Aunque siempre tuve una fuerte curiosidad por el mundo emocional y la mente humana, mis creencias limitantes nublaban mi capacidad de ver con claridad. Fue una pérdida dolorosa y un periodo de tristeza crónica lo que me confrontó con la realidad: me había desconectado de mí misma, de mi hijo y de mi propósito de vida.

Pero en medio de esa oscuridad, encontré la semilla del cambio. Comencé un proceso profundo de despertar de conciencia, donde descubrí herramientas transformadoras que me permitieron sanar, crecer y guiar la crianza de mi hijo con más presencia y efectividad. Aprendí que sí es posible equilibrar los distintos aspectos de nuestra vida sin sacrificar la excelencia que deseamos.

Hoy, con orgullo y convicción, me dedico a acompañar a otras personas en su propio camino de transformación. Desde mi formación como coach de vida y facilitadora certificada del Método de Paternidad Efectiva, y con mi experiencia en el mundo empresarial y la maternidad, ofrezco un enfoque integral que une el desarrollo personal con el profesional.

Porque sé, desde la experiencia, que no somos seres divididos: somos madres, padres, profesionales, seres humanos completos. Y merecemos vivir desde el equilibrio, la consciencia y el propósito.